El caso Kamel Nacif Borge
Desde hace por lo menos una década, el empresario de la industria textil señalado como pederasta, Kamel Nacif Borge, pretende obtener concesiones para operar casas de juego, por ahora legalmente prohibidas en México. Con ese fin, en 1996 pagó 12.1 millones de dólares por el Condohotel Dunas, ubicado en la segunda fase de la zona hotelera de Cancún, Quintana Roo, junto al hotel Marriot Casa Magna. Dicho inmueble, que había servido para consumar un gran fraude, debió ser demolido y en su lugar se construyó el JW Marriot con 451 habitaciones y una inversión de cien millones de dólares hacia mediados de 2001. Recientemente, con ayuda de Pablo Salazar Mendiguchía, gobernador de Chiapas, el llamado Rey de la mezclilla ha tratado de rentar los locales y el estacionamiento del centro nocturno conocido como San Remo de las Estrellas (dos discotecas y un video bar), propiedad del empresario Salvador Constanzo, en la zona comercial más cotizada de Tuxtla Gutiérrez, para instalar allí un casino con juegos de apuestas; el contrato de renta sería por cinco años, inicialmente, y el objetivo: lavar dinero proveniente del narcotráfico, el tráfico de armas y la pornografía infantil.
Kamel Nacif es uno de los apostadores más grandes del mundo, el número dos después del australiano Kerry Packer. En Las Vegas, Nevada, es conocido desde que se presentaba con una identificación falsificada antes de cumplir los 21 años de edad requeridos por la ley para apostar. Ahora, cuando el empresario mexicano de origen libanés llega a Las Vegas, deja entre cuatro y cinco millones de dólares en depósito, y apuesta hasta 160 mil dólares por mano en cada jugada de baccarat , que es el límite máximo permitido por el casino. Con lo que Nacif pierde en una sola partida alcanzaría para pagar las deudas que Trans-Textil Internacional, una de sus empresas, dejó con trabajadores y proveedores de bienes y servicios en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, al declararse en quiebra y cambiar de nombre a Sprintex.
Ballenas , les llaman a los jugadores que apuestan a manos llenas y, con el dinero que pierden, hacen posible la construcción de hoteles como el Caesar's Palace de Las Vegas. En un cuarto de ese hotel, irónicamente, Nacif Borge fue arrestado el 15 de mayo de 1993 a patición de las autoridades mexicanas por evadir el pago de 50 millones de pesos al fisco. Como se sabe, Jack Binion, dueño del Casino Horseshoe, pagó la fianza fijada en dos millones de dólares para que la ballena saliera en libertad, y luego le prestó cuatro millones más para que siguiera jugando. Según Chicago Tribune , el préstamo "fue un calculado riesgo personal" de Binion para congraciarse con Nacif, lo cual funcionó, pues el empresario ludópata perdió después unos trece millones de dólares apostando en el Horseshoe. Lo que no se sabe es por qué las autoridades mexicanas se desistieron de su acusación.
Un informe presentado en abril de 2003 por el observatorio de casas de juego Gambling Research Information & Education Foundation, de Estados Unidos, liga los nombres de Nacif y Binion con el lavado de dinero, relación que ha sospechado siempre la Junta de Supervisión del Juego en el estado de Nevada. El 9 de julio de 2000, The Sun Herald hizo públicas las pesquisas de la Comisión de Control de Apuestas para comprobar los nexos de ambos personajes con el crimen organizado.
Prohibido en los años treinta por el presidente Lázaro Cárdenas, el "juego con apuestas" ha sido muy debatido en el Congreso de la Unión y, a la luz de la promulgación de la llamada Ley Televisa , no sería raro que la próxima legislatura aprobara una minuta a favor del establecimiento de casinos (lo raro es que no haya sucedido aún). Como Televisa, TV Azteca y Telmex en el caso de las reformas recientemente aprobadas, la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (Concanaco) y la Asociación Nacional de Hoteles y Moteles, principalmente, estarían detrás de una eventual legalización del juego en México. Desde luego, también lo estarían mandatarios de estados como Puebla, Tlaxcala, Coahuila, Guerrero, Chiapas y Quintana Roo, entre otros, además de sus respectivas legislaturas locales.
Kamel Nacif Borge, cuyo poder corrompe a gobernadores y jueces, al obtener una concesión para operar casinos en las zonas hoteleras de Cancún y Tuxtla Gutiérrez, sería el prestanombres de los grandes capos del juego a nivel mundial, como Jack Binion, y de otros empresarios, así como de algunos funcionarios públicos al servicio de intereses privados y, por supuesto, del crimen organizado. Finalmente, a pesar de las facilidades y los millonarios estímulos oficiales, el negocio más lucrativo no es la maquila de pantalones y playeras, sino las apuestas.
Kamel Nacif es uno de los apostadores más grandes del mundo, el número dos después del australiano Kerry Packer. En Las Vegas, Nevada, es conocido desde que se presentaba con una identificación falsificada antes de cumplir los 21 años de edad requeridos por la ley para apostar. Ahora, cuando el empresario mexicano de origen libanés llega a Las Vegas, deja entre cuatro y cinco millones de dólares en depósito, y apuesta hasta 160 mil dólares por mano en cada jugada de baccarat , que es el límite máximo permitido por el casino. Con lo que Nacif pierde en una sola partida alcanzaría para pagar las deudas que Trans-Textil Internacional, una de sus empresas, dejó con trabajadores y proveedores de bienes y servicios en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, al declararse en quiebra y cambiar de nombre a Sprintex.
Ballenas , les llaman a los jugadores que apuestan a manos llenas y, con el dinero que pierden, hacen posible la construcción de hoteles como el Caesar's Palace de Las Vegas. En un cuarto de ese hotel, irónicamente, Nacif Borge fue arrestado el 15 de mayo de 1993 a patición de las autoridades mexicanas por evadir el pago de 50 millones de pesos al fisco. Como se sabe, Jack Binion, dueño del Casino Horseshoe, pagó la fianza fijada en dos millones de dólares para que la ballena saliera en libertad, y luego le prestó cuatro millones más para que siguiera jugando. Según Chicago Tribune , el préstamo "fue un calculado riesgo personal" de Binion para congraciarse con Nacif, lo cual funcionó, pues el empresario ludópata perdió después unos trece millones de dólares apostando en el Horseshoe. Lo que no se sabe es por qué las autoridades mexicanas se desistieron de su acusación.
Un informe presentado en abril de 2003 por el observatorio de casas de juego Gambling Research Information & Education Foundation, de Estados Unidos, liga los nombres de Nacif y Binion con el lavado de dinero, relación que ha sospechado siempre la Junta de Supervisión del Juego en el estado de Nevada. El 9 de julio de 2000, The Sun Herald hizo públicas las pesquisas de la Comisión de Control de Apuestas para comprobar los nexos de ambos personajes con el crimen organizado.
Prohibido en los años treinta por el presidente Lázaro Cárdenas, el "juego con apuestas" ha sido muy debatido en el Congreso de la Unión y, a la luz de la promulgación de la llamada Ley Televisa , no sería raro que la próxima legislatura aprobara una minuta a favor del establecimiento de casinos (lo raro es que no haya sucedido aún). Como Televisa, TV Azteca y Telmex en el caso de las reformas recientemente aprobadas, la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (Concanaco) y la Asociación Nacional de Hoteles y Moteles, principalmente, estarían detrás de una eventual legalización del juego en México. Desde luego, también lo estarían mandatarios de estados como Puebla, Tlaxcala, Coahuila, Guerrero, Chiapas y Quintana Roo, entre otros, además de sus respectivas legislaturas locales.
Kamel Nacif Borge, cuyo poder corrompe a gobernadores y jueces, al obtener una concesión para operar casinos en las zonas hoteleras de Cancún y Tuxtla Gutiérrez, sería el prestanombres de los grandes capos del juego a nivel mundial, como Jack Binion, y de otros empresarios, así como de algunos funcionarios públicos al servicio de intereses privados y, por supuesto, del crimen organizado. Finalmente, a pesar de las facilidades y los millonarios estímulos oficiales, el negocio más lucrativo no es la maquila de pantalones y playeras, sino las apuestas.